20.1.24

El vocablo más difícil de 1 Tesalonicenses (1 Tes 4:4) ------ Amazon

El vocablo más difícil de 1 Tesalonicenses (1 Tes 4:4)

Tomado de mi comentario: Gary S. Shogren, 1-2 Tesalonicenses, Comentario Exegético-Práctico del Nuevo Testamento, Barcelona: Andamio, 2019), pp. 168-171. También un libro de Logos.

 

 

que cada uno de vosotros sepa tener su propia esposa en santidad y honor (RV 60)

que cada uno aprenda a controlar su propio cuerpo de una manera santa y honrosa (NVI)

que cada uno de vosotros sepa cómo poseer su propio vaso en santificación y honor (LBLA, BTX)

Este es el versículo más complejo de la correspondencia tesalonicense debido a la dificultad del lenguaje de la proposición “controlar/poseer su propio cuerpo/vaso [skeuos/σκεῦος].” [1] Lo más probable es que los tesalonicenses supieran lo que quería decir Pablo con skeuos; lo habrían oído antes de él. O, pudieron pedirle al mensajero Timoteo aclaración. Hoy en día no tenemos un Timoteo para aclarar el tema. (¡Y el nivel de dificultad para el estudioso moderno demuestra que, la traducción de la Biblia no es ejercicio sencillo de buscar las palabras en un diccionario!)

 

La mejor interpretación, a mi parecer, es que todos los cristianos, hombres y mujeres, deben saber cómo mantener el control de sus cuerpos de una manera que agrade a Dios en la santidad sexual.

 

El nombre “vaso” (skeuos/σκεῦος) presenta dificultades inusuales para el intérprete. En otros contextos, se utilizaba literalmente como contenedor (Mc 11:16); aquí es una metáfora, pero ¿de qué? Dos milenios de interpretaciones han producido las siguientes opciones:

 

1.   “Vaso” significa “una esposa,” haciendo que el mandato de Pablo sea que cada persona debe saber cómo “poseer” o “adquirir una esposa.” (así Agustín, varios comentarios de hoy, RV60, TLA)

 

2.   “Vaso” es un circunloquio para “miembro masculino.” (BDAG, Donfried, algunos comentarios).

 

3.   La teoría que nos parece más adecuada es que “vaso” es una metáfora del cuerpo humano (así varios comentarios, esp Rigaux, varias versiones: DHH-LA, pero no DHH-CP, NVI, NTV). Según esta lectura, Pablo utiliza el sentido genérico de los pronombres masculinos como “su” y se refiere a todos los lectores, hombres o mujeres.

 

A favor de la opción 1 está el argumento de que “vaso” (skeuos) significa esposa en 1 P 3:7, donde se la llama “un vaso más frágil” (LBLA). Además de las dificultades asociadas a utilizar una metáfora petrina para interpretar a Pablo, a este argumento se le puede dar fácilmente la vuelta. Si la esposa es el vaso más débil, entonces se deduce que existe un vaso más fuerte, esto es, el esposo. En 1 P 3:7, ambos esposos son los vasos, lo que, en todo caso proporciona evidencia para la opción 3.

 

Respecto a la opción 2, ¿no es cierto que “vaso” (Heb. kelî) fuera un eufemismo popular para el “miembro masculino”? Por ejemplo, en 1 S 21:5 (RV60): “Y David respondió al sacerdote, y le dijo, En verdad las mujeres han estado lejos de nosotros ayer y anteayer; cuando yo salí, ya los vasos de los jóvenes eran santos, aunque el viaje es profano; ¿cuánto más no serán santos hoy sus vasos?” Pero de hecho, esto es interpretar un verso poco claro (1 Ts 4:4) con un segundo verso poco claro (1 S 21:5)…

 

En contra de las opciones 1 y 2, no deberíamos dar por hecho que sólo los hombres necesitaban una advertencia contra la inmoralidad sexual. Mientras se asumía que los hombres eran sexualmente aventureros, los griegos y los romanos también reprochaban a las mujeres por ser insaciables. Algunos argumentaban que un hombre era más capaz de controlarse siguiendo los dictados de la razón. Cualquier muestra de interés en el sexo por parte de las mujeres era una señal de promiscuidad. Además de este contexto cultural, habría sido muy poco característico de Pablo definir santidad como que los hombres saben cómo controlar sus órganos sexuales, o que un hombre sepa cómo adquirir/respetar a una esposa, no diciendo nada sobre los hombres o mujeres menores de edad o célibes (habla sobre las mujeres y el pecado sexual en 1 Ti 5:11; Tit 2:5; quizá 2 Ti 3:6). Esto es un argumento en contra de las opciones 1 y 2; señalar cómo en 1 Co 7, el texto donde Pablo sí trata el tema de la sexualidad con gran detalle, habla por igual a ambos sexos y cubre una variedad de situaciones en la vida.

 

Ninguna de estas tres opciones es una ganadora obvia. En este caso debería recordarse que tanto la opción 1 como la 2 se basan en suposiciones bastante oscuras (“vaso” con el significado de “esposa”; “vaso” es el hebreo para el miembro masculino) que todavía tienen que ser demostradas; aplica entonces la regla lógica del «principio de economía»: que la lectura más simple es la opción 3, que es un mandato a todos los hombres y mujeres, porque todos tienen — o mejor son — su propio “vaso” (como en 1 P 3:7). Aquí estamos en terreno más seguro, ya que Pablo regularmente habla del cuerpo de los cristianos en términos de “contenedor” cuando habla de la santidad personal.

 

Entonces, nuestra traducción de este texto es:

 

Esto es lo que Dios desea: vuestra santidad; que os abstengáis de prácticas sexuales inmorales, que cada uno de vosotros sepa cómo controlar su propio cuerpo en santidad y honor, no en pasiones lascivas, como los gentiles, que no conocen a Dios.